LA CRÓNICA DE ALEJANDRA

Hans Bender nació en Alemania en 1907. Escéptico por naturaleza, no es hasta casi llegada la mayoría de edad cuando tiene el primer encuentro con el mundo de la parapsicología y todo lo que ella alberga.

Este primer contacto se produjo en Londres cuando es invitado por una familia conocida a asistir a una sesión de ouija. Desde ese momento, Bender describe una atracción que le acompañaría hasta el final de sus días.

Estudió derecho, psicología y filosofía. Y con ello se pone en marcha hacia la investigación de la “psicología consciente”, por lo que años después sería doctorado especialista en “automatismo consciente”.

Además, Bender fue pionero en el acercamiento de esta rama de la ciencia de frontera a las universidades alemanas. Profesor de la primera cátedra de parapsicología hasta su jubilación.

A este investigador se le conoce la incursión en muchos casos de gran índole y con reconocimiento internacional. Entre ellos encontramos el “Caso Rosengeil”. Un caso espeluznante que sucede en un bufete de abogados de la ciudad de Rosengeil en Alemania, donde se observan objetos que se mueven solos, luces que fallan sin lógica que aplicar, los tubos de las lámparas se desencajan solos, facturas de teléfono imposibles e incluso voces y sonidos.

Ante tales misterios, Bender se desplaza hasta el lugar con un equipo de cuarenta científicos y colaboradores y tras un estudio minucioso determina que se trata de “un claro caso de Poltergueis” con un incentivo, que siempre ocurren cuando la empleada del bufete, una chica de diecinueve años, está en el imueble.

Además de este caso, junto con Germán de Argumosa, el investigador alemán estudia “las caras de Belmez de la Moraleda”, donde recogen multitud de psicofonías espectaculares. En éste, también atribuye el misterio a la figura de una mujer, María Gómez Cámara, que hace las veces de medium para el lugar. Tal fue el asombro de Bender ante este fenómeno que lo denominó como “el misterio parafísico más importante del siglo XX”.

Hace relativamente poco tiempo la revista “Science” dió la noticia de que en la superficie de la Luna podría haber una cantidad reducida de agua, según avalaban las informaciones difundidas por la NASA sobre la misión de la sonda india Chandrayaan-1.

Pero para hablar profundamente de esta posibilidad y de la todo lo que a ella rodea, contamos en el programa con el Dr. Mark R. Kidger, astrofísico del Centro Europeo de Astronomía Espacial de Madrid, de la Agencia Espacial Europea.

Hace cuarenta años, los astronautas del apolo 11 ya trajeron muestras de piedras lunares que contenían una proporción significativa de agua. En aquel momento, con la cautela por delante, se creyó que esos restos estarían ahí debido a la exposición al entorno, por mínima que fuera, dejando pasar el tiempo para dar la gran noticia. Hoy, la sonda Chandrayaan- 1 confirma la hipótesis con gran fuerza.

“Las muestras contienen cantidades extraordinarias de agua. Un litro por metro cuadrado de la superficie lunar, lo que significa un gran avance”, explicaba Kidger a nuestro programa.

El viento solar que roza la superficie lunar todos los días va reaccionando en las rocas. “ Esa reacción supone que estas piedras lunares van recogiendo el hidrógeno y lo convierte en agua. Cuando lo supimos, casi no podíamos creer que fuera tan sencillo”, argumentaba nuestro invitado.
Con este planteamiento, ¿Quién no ha pensado ya en la posibilidad de poder recolectar ese agua? Pues bien, ésto sería sencillo según relataba Kidger. Antes se pensaba que la luna tenía recursos como aluminio, titánio, celicio, oxígeno, pero faltaba uno importante, el hidrógeno. Ahora que se sabe que éste también está en la Luna “sería posible mandar un cometa y poder recargarse con agua en la Luna” e incluso, pensar en un proyecto de asentamiento lunar, quién sabe.

Con la tecnología con la que actualmente cuenta la NASA, sería mucho más fácil poner hoy un hombre en la Luna, pero desgraciadamente ésto no ocurre. Mark Kidger revela el por qué:
“Los EEUU cometió un error al invertir todos sus esfuerzos en el transbordador espacial, que en principio era una muy buena idea sobre el papel pero que antes los problemas y retrasos, no satisfacía ni servía a nadie. Era como poner un autobús de lujo cuando un taxi ya era capaz de llevarte”.
Ante esta inversión grandiosa de dinero en el transbordador, la creación del ya propuesto Saturno 5 debía posponerse por mucho tiempo. Ante ésto, “los planos del Saturno 5 fueron destruidos, preservando así sus garantías para que nadie pudiera acceder a ellos e intentar copiarlos”, alegaba Kidger. En la actualidad, el cohete que se está construyendo para subir a la Luna, tiene un parecido asombroso al Saturno 5, dicen quizás que es debido a que los planos permanecieron durante años en la cabeza de alguno de los investigadores que trabajan en la NASA.
No se entiende muy bien por qué la NASA realiza estas acciones tan cuestionadas por muchos, aunque queramos creer que sea todo para bien. Lo mismo podríamos decir de las grabaciones originales de la llegada a la Luna. Se dice que alguien las metió en un archivo tan recóndito y escondido, que aún hoy siguen buscándolas con esfuerzo.

Claro que existe posibilidad de que haya agua en otros planetas. A Júpiter y Saturno se le conocen bolas de hielo e incluso dos satélites de éste último se cree que albergan océanos bajo su hielo.
En Marte: Una sonda cerca del polo de Marte descubrió que existe hielo, aunque muy poco, por debajo de la superficie y que se está derritiendo, formando algunas gotitas.
Las evidencias también llegan al observar como en cráteres del ecuador hay marcas de riadas, por lo que podrías llevar a la sospecha de que exista una capa de hielo muy denso debajo de la superficie y que al derretirse crean lagunas en Marte, aunque no se sabe si dura cinco minutos, cinco horas, cinco días....
Además, a Marte también hay que sumarle las sospechas de que existan volcanes que tengan más actividad de los que se piensa y por ésto, muchas de las próximas sondas llevarán sismógrafos para comprobarlo.