Las Islas Canarias, como vimos en el anterior programa, es tierra de misterio. Es así como no se puede dejar pasar la oportunidad de continuar con la entrevista a José Carlos Gil sobre el su libro “Tenerife y el Enigma Templario”. Como sabemos, la Virgen de la Candelaria guarda muchos secretos. Uno de ellos, relacionado con el código que parece portar en su vestimenta. También se habla de un mapa que puede encontrarse dentro de la figura y que quizás esté relacionado con el temple e incluso, con el “camino de Santiago”.
Actualmente, los trabajos de investigación se esfuerzan en reproducir ese código para, más tarde y con ayuda de las tecnologías más avanzadas, se investigue de la mejor manera.
La Candelaria está vinculada con la luz. Un culto que tiene su inicio en Portugal en 1453, tras la invasión musulmana en la parte lusa.
Cuenta la leyenda que un terrateniente portugués es arrestado y conducido a tierras magrebís, donde después de su encierro es prácticamente olvidado. Éste, reza a la Virgen para que le salve. Se dice que después de varios sueños y visiones, el hombre aparece en Portugal con una frase en la mente “Cuando llegues a allí, una serie de luces te indicarán el camino hasta llegar a mi”. Y así es como tiempo después, el terrateniente encuentra la imagen de esa Virgen entre unos matorrales y le hace una Iglesia.
Pero no es la Virgen de la Candelaria la única con importancia en Tenerife. La Virgen de la Luz Guía, alter ego de la luz, cuenta con bastantes leyendas a sus espaldas. Una de ellas corresponde también a su origen.
En 1570, aparece en una cueva una imagen de madera de unos 35 cm de altura, aunque algo estropeada. Fue colocada en una iglesia dedicada a ella por las personas que la encontraron y permaneció allí hasta varios siglos después. En 1776, ésta Vírgen es trasladada a Galachico, un convento de clausura desde el que sólo se le puede ver una vez cada 5 años. Incluso, se cuenta que ese mismo año, el volcán estalló y destruyó todo el puerto de esa ciudad. Coincidiendo con las teorías de los que aseguraban que éste no era el lugar donde debía estar, ya que fue sacada de la cueva casi sin permiso.
Un Tenerife sorprendente que no deja de asombrarnos con sus leyendas, sus historias reales y todo lo que envuelve a la Isla.
En todos los rincones de España rezuman enigmas. El misterio es aquello que nos puede despertar el interés por un tema que en principio no tiene explicación aparente y que luego llega a convertirse en un conocimiento casi generalizado.
Es así como, de la mano de José Manuel Frías, descubrimos un pedazo de esa historia misteriosa de la península en Málaga. A través de su libro “Málaga Insólita”, Frías nos enseña 185 casos, seleccionados entre los más de 800 que ha recogido durante los más de cuatro años de investigación, y que son narrados por los testigos de aquellas situaciones que a más de uno nos dejan con la boca abierta.
La pasión por el misterio ha sido el cauce para un trabajo que el propio escritor describe como titánico. “ Llegué a darme cuenta de que la mayoría de lo que he descubierto se encuentra en la memoria popular de la gente mayor y posiblemente, todo lo que no se ponga por escrito en diez años, se perderá tras la muerte de estas personas”, explicaba Frías, “Para mí es una bendita herencia”.
A través del propio orden que el escritor lleva a cabo en el libro, su división en las distintas comarcas malagueñas y los pueblos que las componen, desde el programa, se quisieron destacar algunos de estos casos extraordinarios.
Los fenómenos religiosos ocupan gran importancia dentro del ejemplar y en este contexto nos encontramos con la siguiente historia: Hace alrededor de dos siglos, una embarcación está a punto de naufragar y los marineros, sabiendo que iban a morir, deciden rezar todos juntos.
Es tras el comienzo de los rezos cuando a lo lejos ven una luz extraña que se va acercando hacia ellos. Se trata de la figura de un cristo que, a modo de cubierta, protege a los pescadores y los conduce hasta la orilla.
Los marineros, días después comenzaron la búsqueda de ésta imagen que como signo característico portaba en la cintura una cinta verde. Tuvieron que recorrer todos los pueblos hasta dar con ella, al llegar a Almalchar.
Lo más curioso de todo es que los habitantes de éste pueblo, aseguraban que en ese mismo atardecer de la tormenta, el cristo desapareció de la Iglesia y cuando ya lo daban por robado, volvió, destacando junto a él un charco de agua marina y unas algas.
La siguiente historia puede parecerse a muchas de las que hemos oido miles de veces pero tiene características que la hacen muy diferente. Es una historia reciente que ocurrió hace unos quince años en el pueblo de Menamoncarra. La gente joven del lugar solía desplazarse los días de fiesta al pueblo cercano de Almachar por el camino rural paralelo al río.
Es en esta época donde empieza a oirse con más fuerza la leyenda de que una anciana había sido vista por varios testigos que recorrían ese camino. Los testigos aseguran que tras verla por los espejos retrovisores, generalmente de las motos, la anciana les perseguía sin importar la velocidad a la que fueran y siempre manteniendo la misma distancia.
Recuerda a muchos relatos de la joven de la curva o los niños de la carretera, pero pocos hasta entonces cuentan con un espectro que se mueve y que es capaz de acelerar o aminorar conforme lo hicieran las personas a las que perseguía.
Otra historia con halo religioso ocurre a una familia sobre el año 1940, en una casa concreta de la plaza principal del municipio.
La familia pide a la imagen de un cristo que le conceda un favor y parece que el cristo cumple la promesa. A cambio estas personas se comprometen a tener siempre encendida una vela que nunca deberá apagarse. Pero en algunas ocasiones, esa vela permaneció apagada por un pequeño espacio de tiempo y era en éste cuando se escuchaban golpes como si una persona diera puñetazos en las paredes. El final es muy simpático, ya que la familia, tras sufrir varias veces estos fenómenos, decide cambiar las velas por una bombilla y desde ahí, cesaron los golpes.
Y ahora nos vamos directamente a las historias sobre procesiones de seres de otro mundo. En este caso fue en 1965 cuando varias personas del pueblo de Salares observaron unas lucen en la zona más alta de la sierra. Esas luces comenzaron a bajar por la colina adentrándose en el casco antiguo ante el asombro de los vecinos que vieron como las luces se convertían en hombre y mujeres que formando dos filas andaban en procesión, portando unos velones en las manos.
Incluso, una de las testigos, de nombre Rafaela, aseguró que al pasar junto a ella, el viento que corría tras los mantos de estos seres apagó la vela que ella llevaba en la mano y relataba como una de las mujeres de la procesión se paró y la volvió a encender con la llama de la suya. Otra de las historias que nos presenta José Manuel Frías trata sobre un hombre y un albaricoquero.
A mediados del siglo XIX, Fernando tiene un árbol de albaricoques del que está muy contento. Por miedo a robos de los vecinos, siempre estaba pendiente de éste. Una tarde-noche, empieza a oír algunas voces de mujeres que emitían como un leve cántico. Al observar desde la ventana, ve que son cuatro mujeres semi-desnudas que están bailando alrededor del árbol.
El agricultor se acerca hacia ellas para alertarlas y en ese momento las mujeres se abalanzan sobre él con un aspecto casi demoniaco, pero cuando están muy cerca del hombre, una de ellas susurra “Se va a salvar porque lleva algo bendito” y huyen del lugar. Finaliza la leyenda explicando que aquel hombre portaba bajo la camiseta un collar con una cruz, la que le salvo del feroz ataque.
De fenómenos paranormales cuenta también el siguiente caso que lleva por título “la casa del espanto o la casa del Demetrio” en el pueblo de Periana.
Hace un siglo, vivía en una casa un hombre que se llamaba Demetrio. Este hombre fallece dentro de la casa y tiempo después, los familiares deciden remodelarla.
Entre el equipo de obreros, un albañil encuentra un tesoro que el hombre había escondido en la casa y decide callarse y robar la fortuna, gastando en poco tiempo más de la mitad.
A partir de este momento en la casa empiezan a darse una serie de fenómenos encabezados por golpes en las puertas y paredes, sombras errantes en las ventanas y gritos en mitad de la noche. Al cabo de los años, el albañil se siente responsable de estas peculiaridades y decide devolver lo que queda del tesoro, despareciendo los fenómenos desde ese momento.
Por último, se debe hacer un repaso a dos de los casos más espeluznantes que recoge “Málaga insólita”. El primero es la historia del “chivo de los callejones” (que sirve de prólogo al programa de ésta semana).
Un pastor, conocido como Carabante, iba caminando por un sendero y escucha un llanto. Se acerca hasta el sonido y descubre a un chivo tirado en la tierra. Lo recoge y lo lleva en su caballo hasta el pueblo, pero en el camino, algo extraño sucede. El chivo va creciendo hasta que los pies le llegan al suelo, conviertiendose en lo que califican los testigos como un ser demoniaco.
¿Lo llamativo de la historia? Una conversación que se dice tuvieron el chivo y el hombre, en donde Carabante le pregunta quién es y el chivo le responde “soy el chivo de los callejones”. El hombre vuelve a preguntar, esta vez asombrado por los enormes dientes de la bestia y el chivo contesta que esos dientes son los mismo que los de la madre de Carabante.
Increible, dado que no se le encuentra sentido alguno a la conversación aunque sí que hay varias historias por Málaga que coinciden en los testimonios.
El Valle de Guadalhorce sitúa la siguiente historia que habla de la tumba de un gigante. Dicha tumba fue encontrada en un yacimiento neolítico que no se llegó a investigar. Con ella se encuentran los restos óseos desproporcionados de lo que tuvo que ser un hombre de unos dos metros de altura. Además, hay quien asegura que algunas noches incluso se podían ver las sombras de ese gigante, quedando el lugar como una zona casi prohibida.
Para finalizar la velada, Frías describió su caso favorito de entre todos los del libro. La historia de un mendigo “enigmático”. Un hombre que pide hospedaje a una familia que gustosamente le da cobijo durante la noche.
A la mañana siguiente el mendigo abandona la casa pero antes les dice que les ha dejado un regalo en la habitación. Cuando la familia entra en la sala se encuentran ante un mural con la pintura de un cristo crucificado que tenía el mismo rostro que el mendigo.
Una Málaga insólita, misteriosa, enigmática que como otros muchos lugares te deja ese hormigueo por la espalda, tras saber que de tantos casos e historias extraordinarios, alguno habrá que huviera pasado en realidad. Y eso, señores, da que pensar.
Si quieres escuchar el programa completo, pincha aquí.
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